Puede que llevarte el celular al baño mientras haces tus necesidades y ponerlo a cargar al mismo tiempo, te parezca una buena idea; pero es de las peores cosas que puedes hacer para preservar tu salud.
No tienes idea de las cantidades de bacterias, parásitos y virus que andan volando por todo el baño, y la cantidad de esos que caen y se quedan en la pantalla del celular.
Desafortunadamente, una madre irresponsable que tenía esta horrible costumbre, experimentó lo fatal que puede ser este mal hábito
. No fue en carne propia, si no en la de su hijo… Una Señora, (por motivos de su seguridad no mencionaremos su nombre) con residencia en la Ciudad de México, apareció una tarde en la sala de emergencias del Hospital General del Distrito Federal, consternada por la mala condición de su hijo de 1 año y 3 meses.
Cuando la madre reportó los síntomas del bebé al personal del hospital, mencionó solo fiebre y diarrea constante por 2 días consecutivos…
Al darse cuenta de lo grave de la situación, del estado de deshidratación y desnutrición que presentaba el bebé, así como una temperatura alta al tacto, las enfermeras lo sometieron inmediatamente a cuidados intensivos.
Al hacerle los primeros estudios rápidos, se dieron cuenta que presentaba una temperatura de 41 grados centígrados, y un peso de 4.5 kilos.
Los doctores que atendieron el caso, prestaron inmediata atención al bebé, pues se encontraba en un estado muy delicado de salud. El bebé tenía 2 grados por arriba de la temperatura regular del cuerpo, y 5 kilogramos de peso menos que el promedio…
Fue sometido a fuertes antibióticos, usados para adultos, lavados con suero fisiológico vía parenteral y suministro de suero por catéter. Después de un día de cuidado intensivo, y de plena atención de los doctores hacia el bebé, los cuidados fueron hechos demasiado tarde. El bebé falleció…
Los doctores que atendieron al niño, reportaron a la madre ante el ministerio público por sospechas que tenían de abuso, negligencia y malos cuidados.
Cuando los doctores forenses tomaron el caso y empezaron a hacer los análisis correspondientes. Se dieron cuenta de que el niño había muerto por causa de tifoidea, amibiasis, e intoxicación por estafilococos.
Todas ellas adquiridas por la presencia de heces humanas en las muestras que recogieron del tejido del bebé.